domingo, 5 de mayo de 2013

Las Etapas del Duelo



Hoy me gustaría escribiros acerca de algo que todos, en un momento de nuestra vida, hemos sentido. El duelo no solo surge por la muerte de un ser querido, aunque sea el más conocido. Éste aparece, también, en pérdidas emocionales, como las rupturas de pareja o la pérdida del empleo. 





¿Qué es el duelo?
El duelo es un proceso de ajuste emocional después de una pérdida, durante el cual diversas emociones compiten entre sí. Este proceso puede ser más o menos largo y doloroso, dependiendo de la persona y sus estrategias para manejar dicha situación. 
Elaborar el duelo significa ponerse ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta. 


La intensidad y duración del duelo es multifactorial, es decir, depende de muchos factores como el tipo de muerte (esperada o repentina, apacible o violenta), de la intensidad de la unión con la persona fallecida, de las características de la relación con dicha persona (dependencia, conflictos, ambivalencia) de la edad del sujeto fallecido y de la persona que sufre dicha pérdida. 

Etapas principales del duelo

1. Fase de negación. Negarse a si mismo a al entrono que ha ocurrido la pérdida. 
2. Fase de enfado e indiferencia. Euforia o enfado por no haber podido evitar la pérdida.
3. Fase de negociación. Negociar con uno mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. 
4. Fase de dolor emocional. Se experimenta tristeza y dolor por a pérdida. 
5. Fase de aceptación. Se asume la pérdida, pero jamás se olvida. 

Suele durar entre 2 y 12 semanas, aunque puede persistir hasta los 6 meses cuando se trata de la pérdida de un ser querido muy allegado (madre, hijo, cónyuge). En el caso de que los síntomas, anteriormente citados, no cesaran después de los períodos de tiempo citados y provocaran problemas al afectado/a para desenvolverse en su vida diaria, es de vital importancia acudir cuanto antes a buscar la ayuda de un profesional (psicólogo y/o psiquiatra)  ya que el duelo puede convertirse en crónico y desencadenar en una depresión al afectado. No siempre se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden citado. 

Elaboración del duelo

Por elaboración del duelo entendemos el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el supuesto caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación.

La vivencia de duelo es modificada por:
  • La necesidad de mirar atrás y llorar por lo que se ha perdido
  •  La necesidad de mirar hacia adelante y explorar el mundo nuevo que emerge ante la persona
  • Presiones culturales y sociales modifican cómo estas necesidades se expresan o inhiben
  • La fuerza con que se expresan estas necesidades varía a lo largo del tiempo.


Determinantes en la elaboración del duelo (en caso de fallecimiento) 
  • el tipo de relación afectiva con el fallecido
  •  duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir
  •  grado de parentesco
  • carácter de la muerte
  • aspecto del cadáver
  •  grado de dependencia
  •  sexo del superviviente
  •  soporte social
  •  ideas religiosas o filosóficas o espirituales
  •  presencia o no de otras experiencias de duelo

A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que el deudo tenía con el ser fallecido. Otro factor a considerar es la presencia de terceros a los que la pérdida les afecte, con lo que se puede dar un duelo solidario.

Etapas del duelo individual. 
Se describen 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz)
1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación, que dura horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso de duelo (el poder ver el cuerpo), y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro ofuneral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos.

2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la imagen del muerto, incluso seudoalucinaciones, la rabia emerge y suscita angustia. Trabajo penoso de deshacer los lazos que continúan el vínculo con el ser amado y reconocer la ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más.

3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa anterior. Los recuerdos del ser desaparecido traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.
Se describen 4 tareas para completar el duelo:
  • Aceptar la realidad de la pérdida.
  •  Experimentar la realidad de la pérdida.
  • Sentir el dolor y todas sus emociones.
  •  Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o relaciones.

También se pueden encontrar otras fases del duelo pues por discrepancia de autores se tiene entre 3 o 4 fases.

DUELO COMPLICADO O PATOLÓGICO
Definir lo que es un duelo complicado es difícil y con frecuencia se realiza bajo términos muy genéricos e imprecisos. Es un fenómeno idiosincrático en el que la respuesta estará determinada por un elevado número de factores relacionados con la pérdida, sus circunstancias, las características personales del doliente, el apoyo social que reciba y el marco cultural en el que se desarrolla. Por lo tanto, puede aparecer un abanico de respuestas adaptativas para un individuo en una circunstancia y la misma muy distinta para otro en otro contexto.

Esta amplia variedad de expresiones dificulta enormemente el reconocimiento del duelo complicado, a demás que se añade que, a diferencia del duelo normal, el duelo complicado no es un proceso con etapas que podamos reconocer sino el “fracaso o incapacidad para afrontarlo que impide alcanzar los niveles de bienestar emocional y de funcionamiento previo”

Factores de Riesgo generales

·         Circunstancias traumáticas, muerte de esposo, hijo, o de un padre; muerte inesperada, repentina y fuera de tiempo, muertes múltiples, muerte por suicidio, muerte por homicidio, personas vulnerables - baja autoestima en general, desorden psiquiátrico previo, amenazas o intentos de suicidio previos, familia ausente o inútil.


Factores de riesgo específicos:

·         Vínculo ambivalente con el fallecido, vínculo dependiente o interdependiente con el fallecido, apego inseguro a los padres durante la niñez


Predictores del duelo patológico


Aunque no existe unanimidad en la bibliografía consultada, a cerca de las variables pronóstico que van a provocar la transformación de una reacción de pesar normal en una reacción de duelo patológico, señalaremos las siguientes:


- La falta de salud física o mental previa es el mejor predictor de desenlace negativo. Es acusado el riesgo de suicidio en sujetos alcohólicos.
- La ambivalencia afectiva con agresividad en la relación preexistente con el difunto.
- La frecuencia de duelos repetidos.
- Se acepta una mayor fragilidad en el varón con respecto a la mujer.
- La muerte repentina no es un factor general que acentúe la intensidad de los desajustes de los familiares. Incluso la prolongación de la enfermedad terminal, puede provocar con mayor facilidad un desenlace negativo.
- La presencia de síntomas de alarma: ideas de suicidio en el primer mes, retardo psicomotor, culpabilidad morbosa


Duelo VS. Depresión

·         Identificación normal con el difunto, poca ambivalencia
·         Ideación suicida rara
·         Autoculpabilidad en relación a cómo trató al difunto, sin sentirse una mala persona
·         Síntomas disminuyen con el tiempo, autolimitados
·         Evoca empatía y simpatía
·         Responde a refuerzo positivo y contacto social
·         Síntomas de duelo no responden a fármacos AD
·         Sobreidentificación con el difunto, ambivalencia aumentada
·         Ideación suicida frecuente
·         Autoculpabilidad global, la persona se siente mala
·         Síntomas no disminuyen  y pueden empeorar
·         Evoca fastidio o irritabilidad
·         No responde.  Aislamiento
·         Síntomas depresivos responden a fármacos AD

Occidente y la muerte

A diferencia de otras culturas orientales, donde la muerte esta más enraizada, tratar el tema de la muerte en nuestra sociedad y en el siglo XXI sigue siendo un tema proscrito y tabú que se asocia con  el sentimiento trágico, el dolor y el sufrimiento de la terrible ausencia de un ser querido.
En nuestro tiempo, la muerte causa tanto miedo que ya no nos atrevemos a decir su nombre (usamos multitud de eufemismos). A su vez, este miedo se considera normal y necesario. En la actualidad domina en los países industrializados una concepción de muerte que puede designarse como muerte invisible y que ha llegado también a los países en desarrollo.



¿Qué opináis al respecto de éste último punto?





6 comentarios:

  1. Bueno, felicidades por haber sido capaz de escribir todo esto a las 4 de la mañana, pero estoy segura de que llegaste motivadísima a casa!

    Más que la explicación teórica, que está genial para entender muchas cosas, el debate para mí está claramente en el último punto. Nuestra cultura entiende la muerte como un tema tabú, como algo dramático y como una pérdida irrecuperable. Y a la vez que reconozco esto, creo que de la forma en que estamos educados y por nuestra cultura, no puede ser de otra manera, y todos nos vamos a sentir así llegado el momento.
    Además, supongo que en esos momentos nos sale el Yo más inconsciente, el más "animal", en el sentido de que somos todo emociones y no te paras a pensar en que la otra persona puede haber ido a un lugar mejor, o está descansando, y así ir recuperándonos. En ese momento solo queremos que vuelva.

    Felicidades cris por la entrada! un abrazo

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    1. Primeramente, gracias por estar ahí siempre apoyando esta pequeña iniciativa.
      Segundo, no cabe duda de que vine muy motivada, quizá el quid de la cuestión sería preguntarse o entender, sin banalizar, como tratar y consolar seres queridos que han tenido una pérdida. Es difícil, y más si desde pequeños se nos oculta lo que es la muerte y no se nos advierten que la vida es efímera.
      En otras culturas está prohibido llevar colores negros y cuando un familiar muere hay que vestirse de colores y no llorar su pérdida, ya que si esto no es así -se dice- que no se deja ir al alma del fallecido en paz y lo obligas a permanecer en un sitio que ya no le corresponde.

      La verdad que todo lo que se pueda decir al respecto, de que hay después de la muerte no son más que suposiciones, visto desde un término metafísico.

      El debate está en el aire.

      Un besazo Carla!

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  2. Yo opino que la ceguera de la religión sobretodo en Occidente juega un papel muy importante en ese miedo a morir y mucha gente se escuda en teorías ficticias para sobrellevar esos miedos. Teorías como "cuando te mueres viene Jesucristo y te sube al paraíso.
    Pensar y comprender que somos materia orgánica y energía, y que como tales nos desintegraremos no nos iría nada mal :)
    (creo que de esto hemos hablado varias veces :P)

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  3. Desgraciadamente, he enterrado a mi madre ayer, como podréis comprenrder es muy triste, . Siempre había imaginado ese terrorifico momento y ahora lo estoy viviendo.La sensación que tengo es de vacío , pero dentro de tanta negrura, tengo un hilo de calma, y creo saber de donde me viene,.Por una parte la cuidamos y atendimos poniendo de nuestra parte todo lo que pudimos, por otra, ya que mi madre era creyente, mis consejos era que tuviese fe, primero pides para que no se muera, pero después para superar lo que tenga que venir, .aun consciente en le hospital , le dieron la extrema unción , y la vimos sonreír , cuando el sacerdote le dijo:Ahora eres como una niña pequeña, había tristeza y emocion de despedida, después y progresivamente comenzó la sedación, y estaba tranquila, mientras aun tenia cierta consciencia decía que estaba bien, dos días después se fue tranquilamente. Cuando pasó, tuve esa sensación profunda que invade el cuerpo, pero a la vez calma y no lloré, y yo soy muy sensible y de lágrima fácil, no estaba aturdido, ni en fase de negación , pero tenia una fuerza extraña que nunca había sentido.Espero que le sirva mi experiencia, al que lo esta viviendo como yo, tan recientemente, o este a punto de vivirlo.

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  4. Rob, primero de todo me gustaría decirte que lamento la muerte de tu madre y admiro a fuerza al escribir tu comentario en este humilde blog.
    La vida tiene como condición sin ecuanon la muerte y que pese a que nos duela en lo más profundo de nuestro ser, ésta entrada pretende hacer entender que la pérdida de un ser querido y el dolor que sentimos tiene que ser algo normal, es decir hay que llorar la pérdida lo que no podemos hacer es estancarnos en el dolor porque la vida sigue y sin nosotros.

    Yo te agradezco tu paso por aquí y te mando un saludo muy grande y mucha fuerza y muchos ánimos para sobrellevar este trágico suceso!

    Un abrazo

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  5. Siempre es muy bueno que quienes están pasando por el duelo tengan esta información, pues he notado en terapia que saber que es normal atravesar por estos estados trae tranquilidad a las personas y lo asumen de mejor manera.

    Aunque no sea un duelo patológico, es reconfortante asistir a terapia.

    http://ayudapsicologicacognitivoconductual.com/

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